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sábado, 2 de marzo de 2013

Con C de Crochet : Maleta para ovillos

Como me ha dado tan fuerte con el crochet y me he dedicado a comprar tantos ovillos, necesitaba buscar un lugar adecuado donde almacenarlos, pero ¿dónde?

Guardada en un armario tenia una pequeña maleta de mimbre a la que tengo un cariño especial porque durante muchos años estuvo en la mercería de mis padres, rellena de calcetines de colores. Aunque durante mucho tiempo no he sabido qué hacer con ella, la he guardado cuidadosamente dado su valor sentimental para mí.

Cuando me surgió la necesidad y el deseo de guardar mis ovillos adecuadamente enseguida pensé :

! la maleta de mimbre !

Claro que antes de poder meter en ella nada tenía que pasar por una puesta a punto para adecuarla a su nuevo uso. La limpié a fondo, la pinté con pintura blanca al agua (estaba al natural), la puse unos adornos en la tapa y lo más importante, forré el interior para que el mimbre no enganchara la lana.

Y después de estos arreglillos, por fin, le ha llegado a mi querida maleta el momento de salir de su escondite y lucir en todo su esplendor. Aquí la tenéis:


Como después de pintarla de blanco me parecía que estaba un poco sosa, decidí alegrarla con algún adorno. Así que se me ocurrió añadirle una banda en la tapa, para lo cual corté una tira de tela azul con lunares blancos (la misma del forro interior como luego veréis), la pegué entretela dura por detrás para darle resistencia, la cosí piconela blanca en los bordes y por último pensé que lo mas apropiado era añadirle un detalle de crochet, así que le cosí la dalia blanca que me enseñó a hacer Keka. Al final pegué esta tira con cola blanca en el centro de la tapa. Además añadí un lazo en el asa, también en azul con lunares blancos.



Para forrar el interior tomé las medidas de la tapa y la base, corté dos trozos de timtex (una especie de entretela gruesa, flexible y lavable como la guata pero con mas cuerpo y rigidez que esta) que luego forré sólo por la cara que se iba a ver con la tela azul de lunares blancos, le pasé un pespunte en los bordes y por último la pegué con cola blanca a la maleta. Antes, en el forro de la tapa, cosí una C (de Carmen) en encaje blanco procedente, como no podía ser de otra manera, de la mercería de mis padres.

Y aquí está por fin, rellena de los ovillos de algodón en mis colores preferidos y rodeada de todo lo que por ahora he creado con ellos: la funda para las agujas, el monedero con boquilla, la bufanda de abanicos y las rosas .


Después de tanto tiempo metida en el armario, creo que mi maleta de mimbre ha encontrado su destino ideal

!La espera ha merecido la pena !


6 comentarios:

  1. Es un buen sitio para guardar los hilos y además te quedó muy chula.

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  2. Carmen, te ha quedado genial, eres una artista. No paras. Muchos besos

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  3. Sin lugar a dudas Carmen que ha merecido la pena..... te ha quedado preciosa!!!!! Me gusta el resultado... le has dado un nuevo aire y mucha vidilla.... Muy bien hecho!!! Besos.

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  4. Quien guarda haya, dice un refran, y que verdad es. Te ha quedado fenomenal. Besos.

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  5. Carmen qué entrada tan entrañable! La cesta te ha quedado preciosa! Parece que está nueva. Eres todo delicadeza y orden! Tus ovillos van a estar tan agustito ahí guardaditos..., aunque poco van a durar con la marcha que llevas con el ganchillo... Feliz semana amiga! Besitos mil.

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